Pelicula donde la humanidad no puede tener hijos

Película Gravity

La gente muere en las películas todo el tiempo, pero es raro que una película (incluso de terror) mate a un niño, especialmente de forma gráfica. Sin embargo, no todas las películas evitan matar a un niño. De hecho, algunas muestran la muerte en todo su esplendor sangriento. Puede parecer un poco morboso, ya que todo este post trata de niños muertos. Sin embargo, ¡aquí hay 10 películas que tuvieron los cojones de matar a un niño!

En su última gran interpretación en la primera película de Peter Bogdanovich, Targets (1968), Boris Karloff interpreta a la envejecida y exasperada leyenda del terror Byron Orlok. En una sola línea resume toda su carrera, al menos tal y como la ve el público: "Los hermanos Marx te hacen reír, la Garbo te hace llorar, Orlok te hace gritar". Al igual que con la inolvidable interpretación de Gloria Swanson de Norma Desmond en Sunset Boulevard (1950), es tentador proyectar demasiado del Karloff real en su homólogo de la pantalla. Las líneas generales son bastante similares, pero el verdadero hombre es mucho más complejo y enigmático. Boris Karloff era un hombre muy reservado que evitaba los focos en la medida de lo posible, negándose a menudo a hablar de las dificultades de su pasado incluso con sus amigos y familiares. Los investigadores y biógrafos han ido reconstruyendo la historia de sus primeros días (a veces con contradicciones), pero hay elementos del hombre que siguen siendo un misterio, lo que no hace sino aumentar su estatus mítico como uno de los mayores iconos del terror.

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El día de Navidad de 2006 se estrenó en un puñado de cines una curiosa vuelta de tuerca a la Natividad. Dirigida y coescrita por el mexicano Alfonso Cuarón, Hijos de los hombres narraba la historia de una distopía de un futuro cercano en la que las mujeres son inexplicablemente incapaces de tener hijos, una situación que se ve alterada por la llegada de un embarazo milagroso. La película está ambientada en el deterioro de las ciudades y el campo del sureste de Inglaterra -representado vívidamente con un realismo alarmante y un uso mínimo del futurismo de ciencia ficción- en medio del caos geopolítico que ha provocado una crisis masiva de refugiados, que a su vez ha llevado a un Reino Unido temeroso de los inmigrantes y autoritario a cerrar sus fronteras a los forasteros que buscan sus costas. Los atentados terroristas en las capitales europeas son elementos rutinarios en el rastreo de noticias. El mundo está al borde, y nadie tiene una idea clara de lo que se puede hacer. La película, en retrospectiva, parece un documental sobre un futuro que, en 2017, por fin ha llegado.

Ahora, más de una década después, Hijos de los hombres está teniendo un notable resurgimiento. Ha habido revaloraciones elogiosas por motivos tanto sociopolíticos (Hijos de los hombres es "obviamente algo que debería estar en la mente de la gente tras el Brexit y tras el ascenso de Donald Trump", declaró el politólogo Francis Fukuyama en septiembre de 2016) como artísticos ("Hijos de los hombres, como ninguna otra película de este siglo, y quizás ninguna otra película de la historia, resuelve el sentido de la vida", escribió el columnista de Vanity Fair Richard Lawson en agosto de 2016). Ha estado recibiendo el tipo de atención online que tanto le faltaba hace diez años, generando titulares como "La crisis de los refugiados sirios es nuestro momento de Hijos de los hombres" y "¿Estamos viviendo el amanecer de Hijos de los hombres de Alfonso Cuarón?"  Como dijo el crítico David Ehrlich en noviembre, "Puede que Hijos de los hombres esté ambientada en 2027", pero en 2016 "de repente quedó claro que había llegado su momento".

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Reúne a cualquier grupo de adolescentes hormonales, exaltados y testarudos en un espacio cualquiera y verás cómo se desarrollan algunas dinámicas interesantes. Sin embargo, si se coloca a un grupo de ellos en el espacio exterior sin chaperones ni juego final a la vista, es probable que las cosas se vuelvan extremadamente tribales. Como cualquier otro thriller de ciencia ficción, Voyagers, del guionista y director Neil Burger, debe mucho a 2001: Odisea en el espacio: los pasillos y corredores blancos y brillantes, el efecto ligeramente inhumano de algunos personajes, la elegancia de los trajes de astronauta, un plano de una persona flotando sin ataduras y sin aliento en el vacío. Pero lo que se te viene a la cabeza mientras ves el dramatismo de Y.A. es la secuencia de "El amanecer del hombre" de la película anterior, en la que los ancestros de la humanidad descubren simultáneamente los conceptos de comunidad y violencia. Los jóvenes que se atreven a ir donde ningún hombre ha ido antes pueden ser el futuro de nuestra especie. Pero en el momento en que estos adolescentes entran en contacto con sus instintos primitivos, es como si viéramos a los primeros Homo erectus golpearse con huesos. Plus ça change.

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Es sobre todo la mirada de "Hijos de los hombres" la que despierta la aprensión en el corazón. ¿Es esto a lo que nos dirigimos? La película está ambientada en el año 2027, cuando diversas catástrofes naturales, guerras y actos terroristas han hecho que la mayor parte del mundo sea ingobernable, inhabitable o anárquico. Gran Bretaña se mantiene como una isla de relativo orden, controlada por un temible estado policial. Hace 18 años que la Tierra no ve nacer a un niño humano.Al ver "Hijos de los hombres", que crea un Londres en ruinas, me di cuenta después de un momento que los decorados y el diseño artístico estaban tan bien hechos que lo tomé como un lugar real. A menudo temo que todo llegue a esto, que el estado de derecho y los derechos de los hombres sean destruidos por la picaresca sectaria y la imprudencia nacionalista. ¿Estamos viviendo los últimos buenos tiempos?